jueves, 22 de marzo de 2012

La música y los sentimientos.



Hay muchos tipos de música y cada cual tiene sus gustos. A algunas personas les gusta el rock, a otras el pop, a otras el reggaeton, a otras la música clásica,... pero hay excepciones. Me refiero a aquellas personas a las que no les gusta ningún estilo en concreto y escuchan todo tipo de música.

Ese es mi caso y esto me resulta muy útil, ya que soy de las personas que opinan que la música influye mucho y está ligada al corazón y los sentimientos.



Para afirmar esto me baso en una sencilla observación: dependiendo de nuestro estado de ánimo, el tipo de música que nos apetece escuchar es variado. Por ejemplo, cuando nos encontramos triste o estamos atravesando por un mal momento, nos apetece más escuchar baladas o canciones tristes, ya que nos identificamos con ellas, con su ritmo y, especialmente, con su letra. Lo mismo ocurre cuando estamos felices y nos sentimos bien con nosotros mismos y con los demás: entonces nos apetece expresar lo que sentimos y transmitir esa alegría al resto del mundo y por ello escuchamos el tipo de música que -por decirlo de alguna manera- nos "motiva" y con la que -al igual que ocurre con la tristeza- nos sentimos identificados.

También existen casos totalmente opuestos, ya que hay personas que cuando se encuentran en los peores momentos escuchan canciones o grupos que les motivan, para así salir adelante y sentir que la música les ayuda a afrontar el pasado,el presente y el futuro, ya que si escuchan un estilo más deprimente se "hundirían más en su pena".


Lo mismo pasa con la felicidad, ya que, por ejemplo, cuando uno está enamorado escucha baladas, que aunque sean canciones tranquilas (y generalmente tristes) pueden tener letras muy significativas y adecuadas para el momento.

Se suele decir que los ojos son el espejo del alma. Pues para mí la música es también como una especie de reflejo. A través de la música puedes entender la situación por la que está atravesando una persona e incluso llegar a comprenderla y, gracias a ella, en muchas ocasiones te liberas de las "cadenas" que te atan o te hacen olvidar (al igual que el chocolate) las penas.  En otras, te hace vivir sensaciones increíbles: de alivio, de satisfacción, de alegría, de comprensión,... e incluso llegan a transmitirte más que cualquier persona. Por eso pienso que hay que saber valorar la música y aprender a amarla, ya que gracias a ella somos en gran parte quienes somos.


                                                                                                                                  Yolanda Mars

No hay comentarios:

Publicar un comentario